¡Esta canción nos alienta a trabajar con más ganas y es por eso el nombre de nuestro grupo!

Traduce este Blog

sábado, 23 de febrero de 2013

Héctor Benito - Reflexión Final


Partiendo de la base en que hay que lograr un cambio en el sistema educativo y, en él, se incluye la actuación en las aulas, fomentar el aprendizaje cooperativo es, a día de hoy, un objetivo a alcanzar.

En las aulas se enseña a leer, a escribir, a hablar, a escuchar, a calcular, a resolver problemas... pero estas habilidades no tienen un valor significativo en el niño si no las utilizan en la vida real, en su día a día interaccionando con otras personas.
Por eso, no hay que enfocar el trabajo en equipo como un recurso o un método más, sino el trabajo en equipo como un contenido que hay que enseñar a los alumnos de la misma manera que se enseñan las demás habilidades. Enseñarlo para que puedan utilizar esas habilidades de manera útil y signifiquen algo en su vida que les pueda ayudar a construir y mejorar sus relaciones sociales.
Así pues, la educación debe centrarse en el desarrollo de actividades cooperativas y, además, enseñar a los estudiantes cómo trabajar en equipo sin olvidar las otras habilidades (claro está).

Trabajar en equipo no es, ni más ni menos, que trabajar entre sí (más de uno), de forma que cada alumno esté interesado tanto en su propio trabajo como en el de los demás, y, eso es lo que hemos hecho en esta primera práctica. La profesora nos ha mandado la realización de un trabajo en grupo pero nos ha proporcionado una guía con una serie de pasos y pautas que teníamos que cumplir (a eso me refiero con enseñar a trabajar en equipo). No es como otros profesores que mandan un trabajo en grupo y sólo se interesan por el resultado final, sin saber los pasos que cada integrante ha tomado o ha llevado a cabo para ello, sin preocuparse del proceso (“un método más”).

Se formaron grupos heterogéneos y cada uno tenía que elaborar un plan de equipo (supongo que se hará en cada práctica) en el que se incluían varios puntos a tratar:
  • Nombre de equipo
  • Roles de cada componente dentro del grupo (responsabilidades): “Los alumnos deben exigirse mutuamente a ejercer con responsabilidad las tareas propias de su cargo. De esto depende, en parte, el éxito del equipo y, por lo tanto, la posibilidad de mejorar su calificación final”.
  • Objetivos grupales: “Lo que se quiere conseguir con el proyecto”.
  • Compromisos personales: “Lo que normalmente se le da mal a un miembro del grupo y quiere corregirlo”.
  • Microtareas en la realización del proyecto: “Las diversas fases o pasos que se han seguido hasta su completa finalización”.

Todos estos puntos sirven de gran utilidad para ayudar a los equipos de aprendizaje cooperativo a autoorganizarse cada vez mejor (cosa que no habíamos hecho nunca). Son los que nos han enseñado cómo trabajar de “verdad” en equipo.

A continuación, tuvimos que diseñar una actividad para alumnos de Educación Primaria basada en alguna de las técnicas de aprendizaje cooperativo que también venían en la guía para, después, exponerla a la clase en una presentación de Power Point (véase comentarios sobre exposiciones si se quiere saber más).
Las presentaciones, sobre todo las primeras, estuvieron dominadas por los nervios pero fueron de menos a más, corroborando la importancia del progreso aunque se han visto un poco tradicionales debido a lo que nos han acostumbrado durante toda nuestra vida escolar.
Para terminar, la profesora y cada grupo han evaluado la exposición de sus compañeros además de una autoevaluación de cada miembro del grupo por su propio grupo.

Este modo de trabajar se caracteriza por que todos los miembros tienen funciones y conocen todo el trabajo, trabajan cara a cara, reconocen las críticas constructivas (aceptan tanto las positivas como las negativas) y reflexionan sobre lo realizado para mejorar el funcionamiento del grupo (evaluación).

Hemos sido los protagonistas de las clases, nos agrupábamos en grupos y trabajábamos siempre así. La profesora nos daba total libertad (sin salirnos de los límites) y las clases pasaban rápidas de manera amena y entretenidas. No había lugar para el aburrimiento.

A nivel profesional, y no sólo como docentes, tenemos que aprender a trabajar en equipo, cooperativa y colaborativamente para la realización de actividades, proyectos, excursiones, trabajos, currículos, guías... que sirva para el empleo que cada uno tenga.

Y ya, como búsqueda de la felicidad, pienso que actuar en grupo aumenta las satisfacción y el sentirse realizado en mayor medida que hacerlo individualmente y, eso, lo puedo comprobar con el equipo de fútbol que entreno. Todos a un fin, aportando su granito de arena de la mejor forma posible, ayudando al compañero en lo bueno y en lo malo.

En definitiva, y como bien dice Kagan: "Necesitamos incluir en nuestras aulas experiencias de aprendizaje cooperativo, ya que muchas prácticas de socialización tradicionales actualmente están ausentes, y los estudiantes ya no van a la escuela con una identidad humanitaria ni con una orientación social basada en la cooperación. Las estructuras competitivas tradicionales del aula contribuyen con este vacío de socialización. De este modo los estudiantes están siendo mal preparados para enfrentar un mundo que demanda crecientemente de habilidades altamente desarrolladas para ocuparse de una interdependencia social y económica".